In Memory of

Magaly

Horsford

Quezada

Obituary for Magaly Horsford Quezada

Magaly Horsford Quezada, 55, falleció en la madrugada del jueves, 10 de agosto, sabiendo que fue amada por sus familiares. Ella nació el 12 de diciembre del 1967 en
la Republica Dominicana. Hija ejemplar de la Señora Dorotea Mota de Horsford y el señor John Connor Horsford, la sexta de nueve hermanos, a saber: Andrés, Mariano,
Virginia, Pura, Yoni, Magaly, Cristina (difunta), Hilaría, y Cecilio. Madre querida de Jairo, Maribely, y Marielis Quezada, y amada esposa de Víctor Quezada. Magaly formó parte de la Iglesia Adventista en su paísnataldesde los diecisiete años. Desde su bautismo se dedicó a servir a Dios en su vida personal y trabajar por Él. Trabajócomo Colportora Evangélica más de 10 años en la República Dominicana y luego en los Estados Unidos trabajó para la Greater New York Conference of Seventh-Day Adventists por más de 15 años. Nada le daba más satisfacción que ganar almas para Cristo a través de la prédica, la obra misionera y de caridad en su comunidad. Su familia en Cristo la describe como “una mujer de fe, dispuesta a servir a Dios en todo momento”. Magaly era conocida como una persona emprendedora, con un sentido de humanidad definido. Lo mostraba en sus obras misioneras, en las mañanas cuando preparada desayuno y meriendas para los necesitados en su parque local. Lo hacía con una sonrisa en la cara, un gesto amable que brindaba amor y fe. Magaly era una persona que no conocía el miedo, ni la indiferencia, siempre dispuesta ayudar y defender a los más necesitados y dispuesta a servir a Dios pasara lo que pasara. Llegó a la iglesia adventista de West Bronx en febrerp del2007y ella dedicó su tiempo a predicar y enseñar la palabra de Dios a las personas que buscaban de Él. Le fascinaba cantar, y entre sus cantos favoritos del himnario adventista estaban “Prefiero a Mi Cristo” y “Habla Señor a Mi Alma.” Fue directora de Publicaciones de la iglesia por varios años, también fue directora de la sociedad de jóvenes, líder de oración, líder de escuela sabática, trabajo como diaconisa, y miembro de la Junta Directiva por varios años. Durante estos años ganó la admiración, el respeto y el amor de los hermanos. En el 2019 formó parte de un grupo misionero que viajó a la Republica Dominicana visitando varias iglesias y organizando campañas para ganar almas para Cristo. Durante ese viaje, la Iglesia Adventista Luz y Paz le otorgó una placa de reconocimiento por su aporte y dedicación a la Obra de Dios. Su vida de abnegación en este mundo de maldad y tristeza ha terminado, pero tenemos la promesa de Dios: “Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen.” (Apocalipsis 14:13). Las obras de Magaly seguirán vivas en su familia y en todos los que fuimos bendecidos con su presencia, mientras ella descansa en la bendita esperanza de ver a Jesús cuando el regrese en gloria.